Una de las cosas que a mà me resulta más práctica, es meter un pollo al horno.
Con ese pollo, después tengo varias opciones:
Comerlo asà como salió del horno, o desmenuzarlo y hacer un salpicón, o cortarlo en cubitos, agregarle algunas verduras salteadas y usarlo de relleno de una tarta de pollo.
Filetear la pechuga y hacer unos ricos sándwiches, mezclarlo con puré de papas y hacer unas croquetas, deshilacharlo y agregarlo a unas rapiditas para hacer unos rolls o con queso para unas quesadillas, y mil ideas más.
Ahora, para que el resultado de todo ésto sea el mejor, el pollo debe estar bien asado, sabroso, ¡y si está crujiente, mejor!
Te dejo mi receta, no puede más de fácil