Versión 1: Pencas fritas.
Salpimentar las pencas crudas. Pasar por harina, luego por huevo batido (condimentado con pizca de sal y un diente de ajo molido), por último, pasar por pan rallado.
Freír en abundante aceite caliente.
Acompañar con salsa ketchup.
Versión 2: Pencas gratinadas.
Hervir las pencas hasta que estén tiernas.
Saltear la panceta picada y reservar. Saltear la media cebolla picada y reservar.
Cortar las pencas y agregar la cebolla y la panceta. Salpimentar.
Para la salsa blanca: en una cacerola fundir la manteca, agregar las 4 cucharadas de harina y revolver bien hasta que tome un color dorado. Agregar de a poco, sin dejar de revolver, y fuera del fuego, las 2 tazas de leche caliente.
Te puedes ayudar con un batidor de alambre, que te va a favorecer la integración de los ingredientes y así evitar los grumos.
Volver al fuego suave sin dejar de revolver hasta que espese.
De ser necesario, agregar más leche.
Colocar en una fuente de horno las pencas, cubrir con salsa blanca, y hacer unas líneas por encima de salsa ketchup. Llevar al horno a gratinar.