Paul, es una de las más afamadas boulangerie (panadería) de Francia. Nace en el norte, hacia finales del 1800. Una panadería artesanal, que conserva las mismas recetas desde sus inicios.
Hoy cuenta con franquicias en todo el mundo, incluído Latinoamérica.
Si estás en París, no te podés perder una visita a esta maravilla de los panes. Pero no te preocupes, no tenés que destinar un día del viaje específicamente para visitarla. Vas a encontrar varias diseminadas por la ciudad.
Si pasás por el museo del Louvre, después de recorrerlo, sacarte todas las fotos que quieras y quedar extenuado, podés hacer una parada o pequeño picnic camino a la Gran Noria de París. Allí, a los pies del Arco de la Concordia, existe un puesto de Paul. Definitivamente no vas a saber que comer, todo se ve delicioso. Unas enormes baguettes rústicas, de aspecto lujurioso, te invitan a devorarlas.
Armate un picnic allí cerca, descansa de la larga jornada de caminata, disfrutando de los verdes jardines que te rodean. Nada más gratificante si vas con niños. Una comida fugaz, para recargar fuerzas y seguir el camino. Y mi consejo es que de allí te dirijas a la Gran Noria. No sólo podrás disfrutar de las mejores vistas panorámicas del Louvre, los Jardines de las Tullerías, sino que, podrán pasar un hermoso momento en familia, en el parque de diversiones que allí existe.
Yo viajo siempre en familia, y creo que lo mejor de eso, es dividir las jornadas de exploración, en actividades para adultos y para niños. Ellos se divierten, y vos descansas un rato, disfrutando del entorno y de su felicidad.
Así que en tu próximo viaje, llevate en la valija un viejo mantel, o una lona de picnic, lo podés utilizar muuuchas veces, para convivir con la naturaleza, comer algo rico, y disfrutar de tu familia.