Sinceramente, nunca fui amante de la manteca de maní. Prefiero toda la vida el dulce de leche o la crema de avellanas y chocolate, pero es tanto el furor de la manteca de maní natural, que me dio curiosidad y probé hacerla.
La verdad, es que no se bien como hacer para despegar mi mano del frasco… ¡Auxilio!
No solo es deliciosa, la manteca de maní (o mantequilla de maní) contiene un gran aporte de fibra, lo que da poder de saciedad (una rodaja de pan integral con manteca de maní en el desayuno, hará que tu almuerzo sea más liviano).
Es una buena fuente de proteínas (ayuda a desarrollar tus músculos).
Me dirás: “Sí, pero es muy grasa”. Aunque no lo creas, el aporte en grasas monoinsaturadas de la manteca de maní es muy similar al del aceite de oliva.
Claro, si te sientas frente al televisor y te bajas el frasco a cucharadas, no es lo mismo… Pero consumiendo una cucharada diaria, o comiendo con moderación, te estarás alimentando de manera sana y deliciosa.